Muchas veces queremos abarcar todo, intentas ayudar a todos y hasta tienes ganas y crees que vas a cambiar el mundo por ello y lo cierto es que se nos va el objetivo de las manos, que no es otro que enfocarnos en nosotros
Aquí os escribo un ejemplo que a mí personalmente me ha ayudado mucho a entender el amor propio y el porqué debemos en muchos casos ser nuestra prioridad, por mucho que nos duela dejar atrás personas queridas y personas que alguna vez nos importaron mucho.
Imaginar que están en pleno Océano en un barco pequeñito y de pronto ese barco se da la vuelta y se queda a la deriva y con gran esfuerzo logramos darle la vuelta al barco, en esto que nos damos cuenta de que una persona sigue en el agua tratando de salvarse
De buenas a primera piensas como ayudar a esa persona para salvarla tu mismo, como ayudar a esa persona a subir al barco sin que tuvieses que tocar el fondo para impulsarte, pues sabes que cuando empujas a una persona estando en el mar y no puedes hacer pie tal cual empujas te vas `para abajo y esa persona sube, pero tú te hundes
¡Que hacer!
(MORALEJA)
Si tú subes primero al barco y desde el barco puedes tirar de esta persona hacia arriba tiene sentido que primero te salves tú o cambies y tú te empoderes y después podrás ayudar a los demás
Tiene sentido esta moraleja
Darle la vuelta al barco es:
Tomar acción, subir tu primero al barco es: Liderazgo
subir a otras personas al barco
es cambiar el mundo
En fin, cuídense intenten ser felices
Buen comienzo de semana
Carmen Sr.